Aunque fue pionera en la región y de avanzada a nivel mundial, el hito argentino no tuvo un gran impacto en la legislación del resto de Latinoamérica. 

Según datos del Registro Nacional de las Personas Argentino (Renaper), en 10 años, alrededor de 10 mil personas accedieron a su nuevo DNI, aunque la población trans del país actualmente duplica esa cifra.

Por burocracia, falta de voluntad política y presupuesto, la legislación tiene una aplicación dispar en el territorio argentino en lo que se refiere a la atención en salud. Desde el activismo reclaman la efectiva implementación del artículo 11 de la iniciativa, que garantiza el cuidado integral.

Si bien las niñeces y adolescencias trans permitieron visibilizar las expresiones e identidades de género por fuera del binomio femenino/masculino y se generó un debate en la sociedad en torno a esta temática, “todavía hay una deuda de inserción social con la generación de personas travestis trans de más de 40 años para las cuales la ley llegó tarde”, aseguró Esteban Paulón, presidente del Comité Ejecutivo de la Red Gay Latino y director Ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas LGBT+. 

En ese sentido, Matías De Volder, vicepresidente de la Federación Argentina LGBT y miembro de la Red Gay Latino sostuvo: “Sigue pendiente la reparación histórica por los daños ocasionados y las violencias sufridas por este colectivo durante décadas. No solo durante los períodos de dictaduras militares que fueron sumamente violentos, sino por la imposibilidad de acceder a derechos básicos como la Salud, la Educación y el trabajo”.

Por su parte, Pablo Fracchia, miembro de la Red Gay Latino y activista LBGTIQ+, afirmó: “El desafío aún sigue siendo la conquista de la igualdad real”.

A 10 años de la ley de Identidad de Género en la Argentina: los derechos conquistados

Esteban, Matías y Pablo coinciden en que el reconocimiento público de las identidades trans fue el mayor cambio social que produjo la sanción de la Ley de Identidad de Género.

Matías afirmó: “El cambio fue enorme. No solo permitió que las compañeras y compañeros trans sean reconocides por el Estado, sino que impulsó que se hable de elles en la escena pública. Los medios de comunicación masiva estuvieron semanas hablando de las realidades trans de todo el territorio nacional en todo el país”.

Esteban remarcó cómo se transformó la vida cotidiana de miles de personas travestis, transexuales y no binarias, “ya que a partir de ese momento empezaron a sentir que el Estado y la sociedad les reconocía no solo con el acto de acceder a un documento de identidad sino que las reconocía como personas dignas, con derecho a la ciudadanía y a vivir en democracia”. 

Para Pablo, esta ley vino a ser un nuevo punto de partida, “un horizonte para nuestro colectivo LGBTIQ+ que fijó un nuevo piso de derechos”. Sin embargo, aclaró Fracchia, para que se cumpla lo que indica el espíritu de la ley, todavía hay una puja constante.

Por otra parte, Paulón habló de la visibilización como herramienta política de transformación del colectivo: “Va de la mano del reconocimiento del Estado el hecho de que empieza a ser cada vez más cotidiano compartir espacios laborales, educativos, sociales, deportivos y familias con personas del colectivo trans”. Y agregó: “Hay varones que gestan, mujeres con pene, varones con vulvas. Desanclar la corporalidad de la identidad de género es superimportante y eso es un efecto que se va a ir viendo más a mediano y largo plazo que sin lugar a dudas ya está impactando fuertemente”.

El desafío de garantizar los derechos y la lucha por la igualdad real

A 10 años de la sanción de la ley, el gran desafío sigue siendo avanzar en legislación que permita promover políticas públicas para garantizar los derechos. Sobre todo cuando la violencia hacia el colectivo travesti trans es esencialmente institucional.

“El cupo laboral travesti trans -ley que se sancionó en la Argentina en 2021- fue muy importante pero no hay una única dimensión de las personas. No solo hay que garantizar el derecho a tener un empleo sino que también hay que trabajar fuerte en el apoyo desde lo social y lo comunitario”, ejemplificó Paulón, quien pide además acompañar fuertemente a las niñeces y contener a las personas trans mayores de 40 años. 

De Volder expuso los problemas del resto de América Latina: “Existen países particularmente violentos con las mujeres trans. La igualdad real está muy lejos en toda la región. Aún queda mucho camino por recorrer para que las personas trans sean plenamente incluídas”.

Además, aseveró: “Hay una sensación de insuficiencia a nivel generalizado. Hay países que han avanzado en algún tipo de reconocimiento (solo 8 de toda Latinoamérica), pero sin embargo encontramos que los niveles de violencia que se reportan en ellos siguen siendo elevados, con pocas o casi nulas investigaciones policiales frente a las denuncias que se realizan, con altos niveles de impunidad por parte de los agresores transodiantes”.

Fracchia remarcó: “Fue necesario avanzar en nuevas legislaciones nacionales y subnacionales como cupos laborales, o proyectos de leyes integrales para personas trans que materialicen el espíritu de la Ley de Identidad de Género y que permitan de manera palpable garantizar los derechos consagrados en esa normativa”.

En ese sentido, Paulón complementó: “Siento mucho orgullo por mis compañeras, compañeros y compañeres trans travestis no binaries que a pesar de aprobada la ley con algunos derechos conquistados, siguen dando pelea para que la igualdad sea una realidad concreta y no un enunciado en una legislación”.

Es importante resaltar el trabajo del activismo argentino, que impulsa la Ley Integral Trans que contempla todo el ciclo de vida y todas las dimensiones de las personas travestis trans y no binaries del país.

El 9 de mayo de 2012: un día histórico para la comunidad travesti trans no binarie

Matías De Volder también dirige el Centro Residencial para jóvenes Trans con sede en Rosario, provincia de Santa Fe. Contó que pudo sentir el impacto de la Ley en su vida por la transformación que produjo en sus amigas y amigos: “Elles lloraban de alegría. Pudieron empezar a salir a la calle llevando sus DNIs en sus bolsillos. Se volvieron a anotar en la escuela y se acercaron orgulloses a votar con sus Documentos de Identidad en las elecciones”.

Ese 9 de mayo, Esteban Paulón estaba en el Senado de la Nación Argentina acompañando a las compañeras y compañeros trans que se manifestaron por la aprobación de la ley: “Es una ley cuyos protagonistas y artífices fueron los integrantes de la propia comunidad trans, que redactaron y acordaron la letra con los diputados y senadores”.

Pablo Fracchia también estaba en la Plaza Congreso -frente al Parlamento argentino-. De la experiencia del Matrimonio Igualitario (ley votada en 2010), había supuesto que les esperaba una noche larga. Finalmente, el tratamiento se destrabó y la aprobación llegó antes de lo esperado. “Esa conquista fue un paso certero para mejorar a una sociedad que subió a su tren a muchas personas que miraban desde afuera. Eso indefectiblemente nos nutre, nos amplía y nos enriquece como sociedad”, concluyó.

Qué derechos garantiza la Ley de identidad de Género en la Argentina: una comparación con Latinoamérica 

*La Ley de Identidad de Género en la Argentina ampara el reconocimiento a la identidad de género y garantiza:

  • El desarrollo libre como persona conforme a la identidad de género.
  • Recibir un trato digno de acuerdo con dicha identidad.
  • Ser identificade con el nombre de pila, la propia imagen y sexo.

*Los derechos que da la ley 

  • Modificar los datos personales en el Registro Nacional de las personas. Se puede cambiar el nombre, la imagen y el sexo registrado.
  • Acceder a tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas totales o parciales para adecuar el cuerpo a la identidad elegida.
  • Desarrollar la personalidad de acuerdo con la identidad elegida.

*Una ley pionera en la región y la comparación con el mundo 

En América Latina, luego de la Argentina, se sumaron a iniciativas similares Uruguay, Bolivia, Chile, Perú, Ecuador y Colombia.

En el mundo, el acceso a la identidad de género es dispar. Mientras naciones como Dinamarca y Malta tienen leyes similares a la de Argentina, en la gran mayoría de los países que permiten el cambio se requieren tramites administrativos muchas veces prohibitivos ya que se solicitan certificados médicos de cambio de sexo o de esterilización.

Foto de portada: 

Festejo frente al Congreso de la Nación Argentina. Archivo del 9 de mayo de 2012, día en que se sancionó la Ley de Identidad de Género. (Crédito: AP/Natacha Pisarenko) 

Nota en colaboración con Agencia de Noticias DIG.